PHIL JACKSON. EL MAESTRO ZEN
Mauro Valenciano
A través de las peripecias en que se ha visto envuelto Phil Jackson a lo largo de su vida, podemos decir sin temor a equivocarnos que su existencia ha sido, a partes iguales, un reto y una búsqueda. Búsqueda de una aureola sagrada que él mismo se ha encargado de enfatizar; reto, en la medida en que siempre supo mantenerse en la cumbre.
Parafraseando a Gregory Bateson, podemos decir que el buen baloncesto que propuso Jackson ya no forma parte de la «búsqueda sagrada», sencillamente porque es esa búsqueda. Lo sagrado en Jackson ha sido conseguir unos resultados deportivos tan extraordinarios.