KENJI MIZOGUCHI. EL HÉROE SACRÍLEGO
Juan A. Hernández Les
Mizoguchi empezó a comprender las circunstancias verdaderas de la vida humana a los cuarenta años, cuando su cine evolucionó para trasladar las tendencias morales y la atmósfera de aquel tiempo.
Es además el cineasta de la mujer. Ella es la heroína y la portadora de grandes valores: arrojo, valentía, entrega, sacrificio, amor, solidaridad. Retrata una sociedad patriarcal donde ella es triplemente esclava: esclava del hombre al que pertenece, esclava por el trabajo desarrollado, esclava por la Historia. Como en todos los artistas verdaderos, tiene una preocupación por el hombre, lo que le hace comparable a cineastas como Flaherty, Renoir, o Murnau. Se sentía un humanista, pero no tenía ninguna esperanza acerca de nuestro destino.